jueves, 21 de febrero de 2013

LOS TRAFICANTES DE ARMAS SE DIVIERTEN



Este escrito se me ocurrió a raíz de un documental sobre el tráfico de armas, que en su día, hace ya años, me dejó bastante pensativo. 


LOS TRAFICANTES DE ARMAS SE DIVIERTEN

             No los conocemos.  No dan la cara.  No aparecen por ningún lado o  aparecen como buenas y honradas personas. Pero son malas bestias. Su función en la vida es manipular a los demás para su beneficio, sin que importe nada más. Fabrican armas y las tienen que vender. Organizan lo que sea. Alguien tiene que morir para que comience la cadena. El fin justifica los medios. Hay que crear fanáticos. Y saben cómo hacerlo. He aquí una de las recetas más utilizadas:
  Se elige bien el sitio o país donde se quiera ubicar el conflicto, a ser posible que sea subdesarrollado y que tenga buenas materias primas como petróleo, diamantes o coltan. A continuación se utilizan los siguientes ingredientes:
  Odio,  venganza, religión, racismo, épica, lírica, nacionalismo, contactos ilegales que tengan posibilidades de comprar armas de diversos tipos (ametralladoras, pistolas, explosivos, minas, etc). y  una gran cantidad de dinero líquido
 Es infalible. Al poco tiempo se obtienen grandes masas de refugiados, muertos y más muertos.
  Así, los traficantes de armas, van manejando a individuos que en nombre de Dios o de la Patria van creando el caos y la desolación. La venta de armas se incrementa y, de paso, aprovechando la coyuntura, pueden hacerse ricos con las materias primas de la región hablando siempre de paz y, en el momento oportuno, echando la culpa de todo a los fanáticos, llamándoles terroristas, para prescindir de ellos cuando haga falta. Ellos saben bien que  la violencia sólo engendra violencia, y así, el negocio de las armas va viento en popa. No tienen compasión. Y además se divierten.

No les importa ni el sufrimiento
Ni la desdicha de los demás.
Y se divierten jugando sucio
A montar guerras en ultramar.

Son clandestinas sus convenciones
Con nuevas armas para matar.
Trazan sus planes con desparpajo
Con alegría y sin piedad.

Van manejando con eficacia
La violencia y el ideal.
Mezclan con odio los sentimientos
El religioso y el nacional

Y van creando con el dinero
Un fanatismo descomunal
A los dos bandos les suministran
Y los conminan a batallar.

Muertos y muertos y refugiados.
Hambre, miseria, llanto, ruindad.
Y mientras viven en la opulencia
Van desgraciando a la humanidad.

Son gente lista dicen algunos
Son asesinos en realidad
Pero nos hablan sin inmutarse,
De un mundo nuevo de amor y paz.

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