viernes, 28 de marzo de 2014

LA EMPRESA DE TRANSPORTES SAN JOSE



CAPÍTULO IV

 LA EMPRESA DE TRANSPORTES SAN JOSE


Breve bosquejo de la empresa de transportes San José.

            La empresa de Transportes San José había comenzado su andadura hacia el año 1948, fecha en que adquirió su primer camión, pero no se inició en el transporte internacional hasta 1960. Los camiones adquiridos eran de marca “Mack”, la marca norteamericana de la compañía Mack Trucks, que en 1938 se convirtió en la primera en fabricar sus propios motores diésel para camiones pesados y que con la II Guerra Mundial, sirvió al ejército norteamericano una gran cantidad de unidades. Los primero camiones eran de los de morro, pero luego vinieron camiones chatos, sin morro, mucho más prácticos, pues permitían más visibilidad. Era famoso el perro “bulldog” que llevaban los camiones de San José como logo de la empresa, posteriormente modernizado.

            Mi padre fue uno de los autónomos pioneros en el transporte internacional. Comenzó a trabajar para Transportes San José en los años 60 llevando pizarra a Francia desde el pueblo gallego de O Barco de Valdeorras.

Yo tuve la suerte de ir de niño con mi padre durante unas vacaciones de verano a cargar la pizarra y pude constatar que era una auténtica odisea, debido a las carreteras que había entonces y a las limitaciones del camión Barreiros, Super Azor, un “tres ejes con acerbi”, que llevábamos. “Acerbi” significaba que atrás llevaba dos ejes muy juntos. Podía transportar un máximo de quince toneladas de mercancía, aunque algunas veces llevaba dieciséis o diecisiete. Las cuestas se hacían interminables, sobre todo cargado, pues el puerto del Manzanal tenía  de doce o catorce kilómetros, tanto de subida como de bajada, y el ruido era muy potente y continuado. Desde Ponferrada hasta el pueblo Domingo Flores, se tardaba por lo menos tres cuartos de hora, pues la carretera parecía un camino, entre curvas y badenes.

España estaba deshecha. Baste decir que para ir a Madrid desde Irún, costaba catorce horas. De todas las subidas de los largos puertos le vino la sordera a mi padre, sobre todo en el oído izquierdo, porque como el camión no llevaba aire acondicionado como lo hacen los camiones de ahora, debía tener la ventanilla izquierda abierta en verano si no quería asarse de calor, y el ruido le afectaba directamente en el oído de ese lado.

También viajaban con ostras vivas que cargaban en Badajoz, en la misma frontera con Portugal, y que llevaban a Arcachon. Las ostras eran pequeñas, y las hacían grandes en los criaderos de Francia para venderlas en Navidad, pero al pasar la frontera, los gendarmes franceses revisaban los camiones y los inspectores decían en general que no valían las ostras y que había que devolverlas. Los camiones volvían a España, pero por arte de birli-birloque, de una manera o de otra se lograba enviar las ostras. Unas veces cambiando de camión, otras veces esperando a que cambiaran de inspectores, otras de diversas formas, pero la mercancía nunca se devolvía a Portugal.

            Contaba Salvador, un chófer de la empresa que terminó de correveidile para hacer los papeleos, que una vez que vino un inspector francés nuevo de Aduanas, Quiroga, el jefe de San José, le hizo ponerse su traje, ir a recogerlo en su flamante coche y llevarlo a comer a Igueldo, mientras se despachaban los camiones que tenían peligro de ser devueltos.
 
Entre los años setenta y ochenta y cinco, la empresa San José realizó muchos viajes  a Oriente Medio. En los años ochenta fue sustituyendo su conjunto de vehículos norteamericanos por camiones fabricados en Europa. Durante su andadura, tenía su sede central en Oiartzun, y delegaciones en Madrid, Barcelona y Zaragoza y en países como Francia, Holanda, Alemania y Marruecos. En el año 2002 se fusionó con Transportes López, que inició su actividad en 1949, dando lugar al Grupo San José & López, llamado SJL
(continuará)
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