CAPÍTULO IV
LA EMPRESA DE
TRANSPORTES SAN JOSE
Breve bosquejo de la empresa de
transportes San José.
La empresa de Transportes San José
había comenzado su andadura hacia el año 1948, fecha en que adquirió su primer
camión, pero no se inició en el transporte internacional hasta 1960. Los
camiones adquiridos eran de marca “Mack”, la marca norteamericana de la
compañía Mack Trucks, que en 1938 se convirtió en la primera
en fabricar sus propios motores diésel para camiones pesados y que con la II
Guerra Mundial, sirvió al ejército norteamericano una gran cantidad de
unidades. Los primero camiones eran de los de morro, pero luego vinieron
camiones chatos, sin morro, mucho más prácticos, pues permitían más
visibilidad. Era famoso el perro “bulldog” que llevaban los camiones de San
José como logo de la empresa, posteriormente modernizado.
Mi padre fue uno de los autónomos pioneros
en el transporte internacional. Comenzó a trabajar para Transportes San José en
los años 60 llevando pizarra a Francia desde el pueblo gallego de O Barco de Valdeorras.
Yo
tuve la suerte de ir de niño con mi padre durante unas vacaciones de verano a
cargar la pizarra y pude constatar que era una auténtica odisea, debido a las
carreteras que había entonces y a las limitaciones del camión Barreiros, Super
Azor, un “tres ejes con acerbi”, que llevábamos. “Acerbi” significaba que atrás
llevaba dos ejes muy juntos. Podía transportar un máximo de quince toneladas de
mercancía, aunque algunas veces llevaba dieciséis o diecisiete. Las cuestas se
hacían interminables, sobre todo cargado, pues el puerto del Manzanal
tenía de doce o catorce kilómetros,
tanto de subida como de bajada, y el ruido era muy potente y continuado. Desde
Ponferrada hasta el pueblo Domingo Flores, se tardaba por lo menos tres cuartos
de hora, pues la carretera parecía un camino, entre curvas y badenes.
España
estaba deshecha. Baste decir que para ir a Madrid desde Irún, costaba catorce
horas. De todas las subidas de los largos puertos le vino la sordera a mi
padre, sobre todo en el oído izquierdo, porque como el camión no llevaba aire
acondicionado como lo hacen los camiones de ahora, debía tener la ventanilla
izquierda abierta en verano si no quería asarse de calor, y el ruido le
afectaba directamente en el oído de ese lado.
También
viajaban con ostras vivas que cargaban en Badajoz, en la misma frontera con
Portugal, y que llevaban a Arcachon. Las ostras eran pequeñas, y las hacían
grandes en los criaderos de Francia para venderlas en Navidad, pero al pasar la
frontera, los gendarmes franceses revisaban los camiones y los inspectores
decían en general que no valían las ostras y que había que devolverlas. Los
camiones volvían a España, pero por arte de birli-birloque, de una manera o de
otra se lograba enviar las ostras. Unas veces cambiando de camión, otras veces
esperando a que cambiaran de inspectores, otras de diversas formas, pero la
mercancía nunca se devolvía a Portugal.
Contaba Salvador, un chófer de la empresa
que terminó de correveidile para hacer los papeleos, que una vez que vino un
inspector francés nuevo de Aduanas, Quiroga, el jefe de San José, le hizo
ponerse su traje, ir a recogerlo en su flamante coche y llevarlo a comer a
Igueldo, mientras se despachaban los camiones que tenían peligro de ser
devueltos.
Entre
los años setenta y ochenta y cinco, la empresa San José realizó muchos
viajes a Oriente Medio. En los años ochenta
fue sustituyendo su conjunto de vehículos norteamericanos por camiones
fabricados en Europa. Durante su andadura, tenía su sede central en Oiartzun, y
delegaciones en Madrid, Barcelona y Zaragoza y en países como Francia, Holanda,
Alemania y Marruecos. En el año 2002 se fusionó con Transportes López, que inició su
actividad en 1949, dando lugar al Grupo
San José & López, llamado SJL
(continuará)
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